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Claves en los espacios de trabajo funcionales
Las tendencias están evolucionando actualmente y están generando profundos cambios en la forma en la que trabajamos, haciéndolo independiente tanto el lugar como el tiempo. Los espacios de trabajo ya no se limitan a un escritorio, las formas de trabajar ya no buscan esclavizarte a un mismo puesto de trabajo todos los días de la semana durante las 8 horas de jornada laboral. Nos hemos dado cuenta que somos mucho más productivos cuando trabajamos en equipo, compartimos ideas, intercambiamos impresiones, nos ayudamos y buscamos soluciones juntos. Por ello cada vez más se destierra la idea de individualidad que da el apropiarse de tu pequeño hueco dentro de la oficina y se incita, mediante el diseño y la distribución de espacios, a hacer de todas las instalaciones, tu lugar de trabajo.
Espacios de trabajo colaborativos
Esta idea la vemos muy claramente reflejada en los famosos espacios coworking, donde alquilas un servicio pero eres “dueño” de todas las instalaciones al mismo nivel que los demás. Con esta idea se potencia el hacer contactos y lucrarte (en el buen sentido de la palabra) de las aptitudes y servicios de los demás.
En un mundo en el que cada vez estamos más conectados, y donde vemos que dicha conexión funciona y nos ayuda a crecer profesionalmente y como individuos sociales, desde IVORY llevamos este concepto a nuestros diseños, animamos a nuestros clientes a disfrutar de estas ventajas evolutivas y de esta forma, ayudar a que sus negocios se “lucren” con ellas.
Existen 3 claves a tener en cuenta a la hora de diseñar un espacio funcional:
Explorar, Desarrollar e Implementar
Las oficinas deben ser concebidas como un todo integrado que abarca el edificio, las estructuras interiores, el mobiliario y la tecnología.
Debemos comprender las necesidades de los usuarios, los estilos de trabajo cambiantes y los procesos de trabajo.
Filosofía de diseño integrada perfectamente centrándose en la creación de espacios capaces de inspirar, que resulten armoniosos y funcionales hasta el último detalle. Estos espacios también tienen que ser flexibles para adaptarse a las circunstancias cambiantes y tener capacidad de evolución a lo largo del tiempo.
El reto consiste en crear entornos con un compromiso entre una arquitectura bien estructurada y la necesaria movilidad para adaptarse a cada actividad en cada momento.
La clave para conseguir este equilibrio está en diseñar espacios que den a los usuarios libertad para trabajar de la manera que deseen, con el resultado de un doble logro: mayor eficiencia y más eficacia.
Se agrupan espacios de similar naturaleza, que dan soporte de forma eficaz los correspondientes grupos de actividades que los usuarios desarrollan tanto individualmente como en grupo.
Se crean espacios que integrando la arquitectura, equipamiento y tecnología se centran en los usuarios y en los grupos según la forma en la que realizan su trabajo.
Patrones de actividad que se desarrollan en los espacios laborales
- Trabajo individual 60%
- Individual focuss 37%
- Individual process 23%
- Trabajo colectivo 40%
- Call 5%
- Relax 4%
- Inform 3%
- Coordinate 6%
- Create 4%
- Dialogue 8%
- DUO 8%
- Other 2%
Explorar
Desde IVORY nos tomamos muy enserio la idea de que un diseño no tiene que ser “bonito” tiene que ser funcional y dotar aptitudes y ventajas al espacio, eso es lo que le da la estética.
Se dice que la verdadera belleza universal se rige por unos patrones y unas proporciones perfectas y no al azar.
Por ello, antes de ponernos a diseñar, realizamos estos estudios y otros tantos que os mostraremos a continuación.
Cuando nos llega un proyecto al estudio, seguimos siempre el mismo proceso:
Primero tenemos una primera reunión con el cliente en sus oficinas, conocemos el espacio, observamos y detectamos las carencias y también las ventajas.
Mientras barajamos, desde una primera impresión, cuales son los déficits y como mejorarlos, así como potenciar lo que ya existe bueno en la base, les hacemos una entrevista a todos los trabajadores y responsables para que nos den su punto de vista desde todos los ámbitos. De esta forma conocemos más a fondo lo que nuestro cliente quiere, que necesita cada engranaje de la empresa para un buen funcionamiento.
Desarrollar
Cuando obtenemos esta información, la estudiamos detalladamente, buscamos similitudes entre departamentos, quien necesita estar relacionado con quien, problemas ambientales, necesidades técnicas….
Con esta información ya nos podemos poner a diseñar.
En una tercera fase vemos cuales son los competidores de nuestro cliente y de qué forma podemos ayudar a su crecimiento mediante nuestra labor, buscamos imágenes de referencia que acompañen al concepto que vamos a mostrarle, siempre siendo coherentes con el discurso y siguiendo una misma línea durante todo el proyecto.
Generamos un documento donde esté recopilado toda esta información junto con unos plazos de ejecución y se lo entregamos al cliente.
Implementar
En la fase de realización del proyecto, acompañamos a nuestro cliente en todo momento, haciéndole partícipe de todo lo que va ocurriendo y surgiendo.
De esta forma conseguimos una experiencia 360º.