Más de una vez hemos escuchado hablar acerca del Feng Shui y los enormes beneficios que tiene tanto para la salud como para el bienestar de las personas. No obstante, esta filosofía que es milenaria y viene del origen taoísta, se ha vuelto cada vez más popular formando parte de los espacios de trabajo y de otros sitios de intercambio.
Llevar a cabo la práctica del Feng Shui no es algo complicado, pero sí es cierto que se deben aplicar ciertos preceptos clave. A continuación, veremos cuáles son.
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La distribución: factor clave del Feng Shui
La distribución es uno de los factores clave a los que se debe prestar esencial atención cuando se quiere incorporar el Feng Shui en la oficina. Se debe pensar seriamente la ubicación y la disposición del mobiliario, ya que esto es lo que permite que los trabajadores puedan circular libremente en los espacios, como así también las energías.
Un elemento clave en este aspecto refiere a que la mesa debe estar orientada hacia la puerta. Además, la zona delantera debe estar despejada para tener una buena visibilidad. De esa manera, la persona que está sentada en un puesto puede ver fácilmente quién entra con solo levantar la mirada.
El mobiliario
Mientras se está trabajando, es muy importante mantener una buena postura corporal. Por eso, es vital incorporar asientos ergonómicos que cuenten con un buen respaldo. Eso no es solo para proteger la espalda a nivel físico, sino que también es importante para protegerse de que las malas energías alteren el ritmo de trabajo.
En cuanto a la forma del escritorio, también se pueden tener ciertas consideraciones:
- Una mesa redonda es muy buena para las salas de reuniones donde se busca generar ideas en común.
- La mesa rectangular es perfecta para los espacios diáfanos, ya que favorecen mucho la comunicación.
- Finalmente, la mesa curva es ideal para propiciar la concentración, debido a que la energía fluye en la persona que se encuentra sentada en el interior del escritorio.
La organización
Para el Feng Shui, es muy importante que el escritorio de trabajo esté limpio y ordenado, para poder estar más concentrados. Las pilas de papeles y los objetos fuera de sitio solamente hacen que la mirada se distraiga de lo importante. Si el espacio está ordenado, se puede estar más atento y concentrado en el trabajo, por lo que el trabajo se desenvuelve mejor.
Los colores y el Feng Shui
En el momento de diseñar y decorar un espacio de trabajo con la filosofía del Feng Shui, es importante pensar bien lo referido a los colores. Se tienen que buscar colores que no generen apatía ni nerviosismo. Para ello, se puede acudir a la cromoterapia. Esta nos da las claves para elegir los mejores tonos para los espacios de trabajo:
- El blanco aumenta la actividad mental y la concentración.
- El azul ayuda a conectar con las emociones, mientras que el celeste potencia el área del dinero y del crecimiento económico.
- El verde favorece el desarrollo de nuevas ideas creativas.
- Los grises y beiges transmiten estabilidad y serenidad, como así también confianza.
- Los vibrantes como el amarillo, el naranja o el tierra aportan dinamismo, a la vez que favorecen la comunicación.